Optar por un tipo u otro de semilla de cereal de invierno puede condicionar la campaña. Se trata de una simple decisión, pero de ella depende la producción, homogeneidad del grano o el control de malas hierbas. La fórmula para conseguirlo es sencilla: apostar por la semilla certificada. Es decir, defender un producto que te garantice una calidad. Al final, la nascencia, si las condiciones de desarrollo son las adecuadas, marca prácticamente la cosecha final, y si tenemos una nascencia correcta porque tenemos una buena semilla y tenemos una buena implantación, al final es probable que tengamos una buena producción.
Desde el año 2023, Cooperativas Agroalimentarias Aragón y Red ARAX trabajan de la mano de Grano Sostenible para mejorar la transferencia de conocimiento en la adaptación de nuevas variedades vegetales a las condiciones edafoclimáticas de nuestra Comunidad, y también en la normativa vigente sobre el reempleo del grano para la siembra y así fomentar el uso de semilla certificada. Este año 2025 se ha prolongado este trabajo a través de los distintos trabajos de campo y la promoción objetivo de la campaña de Grano Sostenible.
Los objetivos de la Red Aragonesa de Cultivos Extensivos y Leguminosas casan en su totalidad con la línea de fomentar el uso de una semilla de calidad. La red de experimentación tiene en sus bases ser un laboratorio en campo de carácter objetivo dónde se compara la adaptación agronómica de las mejoras vegetales que ofrecen al sector las empresas semillistas, y a la vez es red de comunicación de resultados en el ámbito de cultivos extensivos de mayor impacto a nivel nacional, proporcionando los resultados de los trabajos de campo a todo el sector justo después de la cosecha.
COSECHA CEREAL DE INVIERNO
Según los datos de cosecha presentados por Cooperativas Agro-alimentarias de España, en esta campaña se espera una producción de cereal de invierno y maíz, de casi 25 millones de toneladas (25,86 Mt), un 17,88 % superior a la campaña anterior y un 26,7 % superior a la media de los últimos 5 años. Buenos resultados que se consiguen, además de por el clima, por el buen manejo de los cultivos y el adecuado uso de semilla certificada.
El rendimiento medio de los cereales de invierno y maíz en España ha sido de 4,57 toneladas por hectárea. Una cifra un 31% superior a la media de los últimos cinco años.
Los datos en Aragón también son significativos. En esta campaña se han cosechado 3.133.343 toneladas de cereales de invierno, lo que provoca un aumento del 39,3% respecto a la media de los últimos 5 años, y estableciendo rendimientos medios de éstos por encima de las 4 toneladas por hectárea.
SEMILLA CERTIFICADA
Es el fruto de la investigación en la mejora genética y de la innovación tecnológica. Gracias a la semilla certificada, el agricultor tiene los medios suficientes para realizar una agricultura de calidad, sostenible y económicamente eficiente. La producción y comercio de esta semilla es una actividad muy regulada y sujeta a autorización y control administrativo ya que constituye origen de toda la cadena de valor agroalimentaria.
La producción de semilla certificada solo puede llevarse a cabo por aquellas personas y entidades autorizadas y el comercio de las mismas fuera del sistema de certificación es considerado ilegal. Además, no está permitida la comercialización de granos entre agricultores u operadores para su acondicionamiento y posterior venta como semilla. Por tanto, los agricultores solo pueden abastecerse legalmente de semilla por dos vías:
- Semilla certificada en el mercado.
- Reempleo de granos para siembra producidos por sí mismos.
Hay que tener en cuenta que para que una variedad se pueda comercializar debe estar inscrita obligatoriamente en el Catálogo Nacional de Variedades Comerciales, o bien en el Catálogo Comunitario. Para ello deben realizarse previamente ensayos de identificación (DUS) y de valor agronómico (VCU) en la mayoría de las especies. Estos requisitos afectan tanto a las variedades protegidas como a las variedades libres.
Si existe una palabra clave con la que pueda asociarse la semilla certificada, esta es “garantía”. Garantía en lo que se refiere a su origen, trazabilidad, homogeneidad, pureza específica, pureza varietal, germinación, ausencia de otras semillas no deseadas en la siembra, sanidad o humedad… Estas garantías ofrecen al productor algo muy valioso: seguridad.
La semilla certificada supone una serie de ventajas importantes para los agricultores, como el uso de menores dosis de siembra debido a la garantía de germinación, el menor tiempo en la preparación de la semilla, o el aumento del rendimiento, ya que se asegura una buena implantación del cultivo y la reducción de malas hierbas. Y lo más importante, la semilla certificada es la única que tiene garantizada su calidad por medio de los controles oficiales que realizan las autoridades competentes, lo que permite asegurar su trazabilidad y pureza varietal.







