Cultivos para explorar
Los cultivos alternativos han llegado para quedarse. Cada vez más existe un creciente interés por apostar por la producción de proteína vegetal. Los motivos son muchos y variados, pero se pueden agrupar en cuatro puntos: rotación con el cereal, la PAC, el empeño de Europa de reducir su importación y buscar la autosuficiencia, y sobre todo la dependencia de fertilizantes nitrogenados. Y a todo ello hay que sumar las tensiones actuales entre Rusia y Ucrania. Un cóctel perfecto que marca la realidad de las plataformas de ensayo de Red Arax. Aquí se trabaja con soja, pero también con otros cultivos más novedosos como es el garbanzo, las lentejas, las habas o el trigo sarraceno. «Es la primera vez que ensayamos con habas, pero hay mucho interés por parte de los socios» Aitor Usúa, técnico de Cooperativa Santa Orosia “Nosotros es la primera vez que ensayamos con habas, pero el año pasado dos agricultores ya probaron con este cultivo”. Así de contundente se muestra el técnico de campo de la Cooperativa Santa Orosia, Aitor Usúa. Un dato que demuestra el interés real que existe. “Los socios quieren saber si es viable o no ante la presión que llega de Europa de aumentar las rotaciones de cultivos”, apunta Usúa. No hay que olvidar que las leguminosas como habas, garbanzos o soja son grandes fijadores de nitrógeno en el suelo. Según la FAO pueden llegar a fijar entre 72 y 350 kilos por hectárea al año. Además los datos apuntan que el cereal que se cultiva detrás de leguminosas puede producir 1’5 toneladas más. Habas, un cultivo por analizar Ante la curiosidad y el interés de los socios, la Cooperativa Santa Orosia ha incluido como novedad en su plataforma de ensayo 14 variedades diferentes de habas para alimentación animal. El objetivo, además de estar dentro del Grupo Operativo INPULSE, es conocer su adaptación en la comarca de la Jacetania. A día de hoy ya saben que se puede incluir en cualquier manejo de la tierra, que es sensible a las heladas sobre todo en la época de floración, sufre con la sequía y que se deben evitar campos con m “Las habas son una leguminosa y por tanto un gran fijador de nitrógeno en el suelo”, apunta Aitor Usúa quien asegura que cualquier cultivo que se ponga detrás se va a beneficiar del estado de la tierra. “Lo normal es poner trigo”, señala. Otro de los puntos que dan valor a este cultivo es que se puede utilizar para su cosecha la misma maquinaria que el cereal. “El ciclo es similar, la única diferencia es que se siembra a más profundidad”, apunta el técnico de Cooperativa Santa Orosia. A pesar de la poca experiencia que tiene con este ensayo, Aitor tiene en mente una serie de plagas y enfermedades que pueden aparecer en las habas. “Por ejemplo, ya hemos visto algo de sitona en las plantas”. De momento la nascencia “ha sido irregular debido a las fuertes heladas que estamos teniendo este año”, apunta Usúa. Garbanzo y lenteja en el Bajo Aragón Si descendemos por la geografía aragonesa, encontramos que en el Bajo Aragón también trabajan en la misma dirección. “Este año hemos sembrados ocho variedades de garbanzo y por primera vez vamos a hacer un estudio con lentejas”. Así de ilusionada se muestra Ana Algarate. Es una de las técnico de campo de la Cooperativa Nuestra Señora de los Pueyos en Alcañiz (Teruel). El año pasado incluyeron por primera vez el cultivo del garbanzo dentro de su plataforma de ensayo y los resultados “fueron muy buenos, pero la campaña pasada fue atípica porque llovió mucho y en el momento que tenía que hacerlo”, explica Algarate. Sin embargo, los datos demuestran que la adaptación fue excepcional. Por ejemplo, la variedad KASIM alcanzó los 2.044 kilos por hectárea y tuvo un porte de 64 centímetros. “De momento la nascencia ha sido buena pero las plantas empiezan a notar la falta de agua de lluvia”, asegura Ana Algarate que recuerda que los ensayos están en una parcela de secano. “Tal vez este año podemos sacar mejores conclusiones de su adaptación al Bajo Aragón”, añade. El cultivo que va precedido de una leguminosa puede llegar a incrementar su producción en una tonelada ¿Por qué apostar por garbanzo? Es una leguminosa y por tanto fijador de nitrógeno en el suelo. “Esto lo convierte en un cultivo muy atractivo para la rotación con el cereal”, apunta Algarate. Lo mismo ocurre con la lenteja. Un cultivo por explorar que ha llegado a la plataforma de ensayo de Alcañiz por el interés de varios socios de la cooperativa. La Cooperativa San José de Sádaba y Gallicum en Zuera también ensayan con variedades comerciales de garbanzo, pero también con semillas autóctonas procedente del Banco de Germoplasma del CITA. ¿El trigo sarraceno puede tener recorrido en Aragón? Con esa pregunta de fondo, la Cooperativa Agrícola de Barbastro SCLAB inició hace un año las pruebas con este cultivo. El primer objetivo era conocerlo. La floración les sorprendió y también la forma poliédrica de su fruto. Y el segundo punto a analizar fue densidad de siembra y la respuesta ante diferentes dosis de fertilizantes y la aplicación de herbicidas. Sin embargo, el problema del trigo sarraceno a día de hoy no reside en su adaptación al medio, sino en su salida comercial. Es necesario un molino capaz de pelar su fruto y en España no existen ninguno. Europa apuesta por la proteínas En 2020 España produjo un total de 46.400 toneladas de lentejas. Es decir, 10.500 toneladas más que la campaña anterior. Un incremento que responde a la necesidad de buscar alternativas al cereal. En estos momentos, Europa premia la apuesta por la sostenibilidad. A través de la estrategia Farm to Fork, la Comisión quiere reducir en un 20% el uso de fertilizantes.